Pipo Cornejo

“El Late” – Felipe “Pipo” Cornejo

Hace unas semanas me junté con Felipe “Pipo” Cornejo, amigo personal, en su lugar de entrenamiento y esto fue lo que conversamos.

Con mi 7D en mano y saliendo de mi elemento – la fotografía – para darle un uso más audiovisual, comenzamos a conversar.

“Hola Pipo. ¿cómo estás?” – pregunté mientras él esperaba sentado en una roca que para los efectos de la ocasión hizo de butaca. – “Nos arrancamos hoy a tu segunda casa, el lugar donde entrenas” proseguí con la introducción.

Con su Tiger de fondo, la calma y simpatía que lo caracterizan sonrió y complementó – “Hace unos cuatro años atrás descubrimos esta pista en la ribera del río Maipo con unos amigos, la cual fue construida por jeeperos.” – me cuenta mientras mira a su alrededor reconociendo el terreno donde ha pasado numerosas horas sobre la moto. – “Me gusta porque está escondida de la ciudad, pero a la vez cerca y mezcla varios terrenos que puedes encontrar en la ruta.” – la mapea una vez más mientras la sensación de satisfacción por poder disfrutar de tan recóndito lugar se refleja en su rostro.

Pipo Cornejo

“Bienvenido a este nuevo experimento que estoy haciendo; eres el piloto.” – reímos con la aseveración. Luego seguí – “Y por lo mismo te invité a conversar. Eres un rostro emergente en las motos, que está marcando presencia, sobre todo en el mundo del Bigtrail. ¿Entraste hace 5 años, no más que eso?”

“Sí, así es.”

Conozco a Pipo desde hace un poco más de tres años, cuando la vida nos hizo coincidir en el proyecto de estar en el Dakar 2016, viaje que compartimos y en el cual comenzamos a forjar esta amistad. Esto me ha permitido ser testigo de su camino en el medio.

“¿Cómo ha sido toda la experiencia de pertenecer a este mundo?” – pregunté continuando esta pseudo entrevista, cuya intención más bien era ser una conversación. Algo así como un “late” … pero de sábado en la tarde. “Ha sido bien fortuita. – respondió – En las motos grandes es donde me he sentí más cómodo. Soy alto por lo que mi estilo de conducción se vio potenciado cuando me subí a ellas. – me explica mientras su expresión se ilumina al recordar. – Partí en los paseos, y desde ahí ha sido una bola de nieve que ha ido creciendo hasta el día de hoy, así que bien.”

Con la humildad de siempre, agrega – “Mucho entrenamiento para tratar de mejorar un poquito todos los días. Siempre tengo presente que no debo creerme mejor que nadie, pero si de ir perfeccionando mis habilidades en la conducción. Ha sido bonito.” – sonríe nuevamente, alegre de lo que está viviendo.

Cómo su equipamiento es nuevo, llama mi atención, haciendo inevitable preguntar respecto a él – “Te he visto con harta actividad últimamente, muy ligada a una marca en particular. ¿Tienes un nuevo auspiciador?”

Acomoda su nuevo casco Troy Lee en sus piernas – “Este año se ha visto reflejado el trabajo como rider que he venido haciendo los últimos dos y, gracias a Dios, han llegado algunos apoyos. – me cuenta antes de soltar la noticia – Hace cerca de un mes cerramos un apoyo importante con Jere Israel y Procircuit, por lo que estoy muy contento de tener conmigo una marca que apañe como lo están haciendo ellos.” Estas son noticias que alegra escuchar.

Pipo Cornejo

Sé de la importancia que tiene su familia para él, por lo que fue inevitable comentar – “Me imagino que en tu casa quedaron locos con la noticia.”

Una amplia sonrisa llena de orgullo y amor preceden a sus palabras – “Si no fuera por mi familia, nada de esto sería posible. – dijo y agregó – Yo creo que todos los pilotos amateurs como yo necesitan ese apoyo. Es harto el tiempo familiar que se sacrifica en entrenamientos y viajando a competencias. Ellos están 100% detrás de que pueda desarrollarme en lo que me gusta hacer.” – argumentó confirmando mi percepción.

El Rally

Como toda esta charla nació de querer emular una entrevista, algo más elaborada en cuanto a su redacción, fue imposible no querer complementarla con otra de sus pasiones, la cual compartimos.

“¿Y el rally? ¿Cómo se ve el regreso?” – pregunté interesado en conocer que deparaba su futuro en esta disciplina. – “Estuviste corriendo con muy buen desempeño antes de accidente, donde incluso ibas punteando en tu última carrera hasta la caída – con fractura incluida – que te obligó a abandonar.”

Se acomoda en la improvisada butaca y comienza a recordar – “El año pasado tuve un accidente – titubea un momento – no sé si decir grande… pero terminé en el hospital con operación de clavícula” – historia que viví por teléfono durante el accidente. – “Estuve 6 meses fuera de las motos – continúa – con una recuperación bien larga. Así que este año me propuse volver con más ganas y me estoy armando una moto nueva… entre comillas” – aclara. – “Es una Yamaha 450 que ahora está en el taller de Laserwheel, una de las marcas que me apoya. Estamos haciendo todo el anclaje para los instrumentos de navegación y preparándola para comenzar una temporada donde quiero ser un poco más competitivo de lo que fui dos años atrás cuando entré en el rally, disciplina que me encanta. Fue un sueño poder hacerlo, estoy recién empezando y me fascina.” Lo cuenta con tal convicción, que es clara su motivación por las motos. Antes de terminar el proceso de recuperación de la fractura, ya estaba sobre su Bigtrail participando en algunas competencias.

Pipo Cornejo

Comienzo a terminar esta primera intervención y agradezco su tiempo. Aun sosteniendo la cámara en mano… porque al lindo se me olvidó llevar trípode, le digo. – “Muchas gracias por acompañarme en la primera edición de este nuevo experimento. ¿Vamos por unas fotos?”

Toma sus guantes ya con ansias de rodar y responde – “Gracias a ti Nico, por invitarme y hacerme parte de tu proyecto, eres un fotógrafo al que admiro mucho y tengo la suerte de tener como amigo, así que mucho éxito en esta nueva idea.”

Hago switch en el modo de la cámara y nos vamos a jugar en el terreno que mejor conozco.

¿Quieres saber más de Pipo? Entonces te invito a seguirlo en Instagram.

© Nico Altamirano.